Thursday, April 25, 2013

Grace in a Sandwich/Gracia en un Sandwich


Reflections on our first visit to the 
National Pediatric Institute last December.
Reflecciones sobre nuestra primera visita al 
Instituto Nacional de Pediatría el pasado diciembre.


                The sights and sounds, soon to become routine, were still new to our senses.  Our first day at the National Pediatric Institute in Mexico City with Daniel began before sunup as we left Vero and Adrian in charge of the 17 other children and carried a sleeping Daniel into the truck to drive off towards hope, hope that this hospital would have the audacity to treat such a complicated “case”, otherwise known as our son, Daniel.

                Las vistas y los sonidos que pronto formarían parte de nuestra rutina, todavía seguían nuevos y extraños.  Nuestra primera visita al Instituto Nacional de Pediatría en la Ciudad de México con Daniel comenzó antes de la salida del sol cuando dejamos a Vero y Adrian a cargo de los otros 17 niños y llevamos a un Daniel dormido en la troca para manejar juntos hacia la esperanza, la esperanza que este hospital tendría la audacidad de tratar un “caso” tan complicado.  El “caso” era nuestro hijo, Daniel.



Now, hours later, we continued to sit in a creaky row among many other wobbly rows of plastic chairs, crying children, confused and worried parents, white-coated doctors and capped nurses seemingly holding the fate of our children in their knowledge and willingness, or lack thereof.  Then, a new uniform appeared!  The white and blue pin-stripes brought memories flooding back of my red and white candy-striping days back in high school at the Flower Rehabilitation Hospital in Toledo.  This uniform differed from the others!  It smiled!  The volunteers began to announce a clown show for those hurting little bodies waiting for more pricks and prods!  Anything to make the soul soar while the body aches!  Danny’s eyes lit up and his body straightened up as he reached out for the coveted green ticket that would give him entrance into moments of laughter and forgetting the present situation.  The half hour that ensued was peppered with: “Is it time?  Is it time?”  Well, the time did arrive and Danny and I took our positions in the hospital auditorium, leaving Victor to man the waiting room to await the announcement of Danny’s turn.



Ahora, horas después, seguíamos sentados en una fila de sillas plásticas entre muchas otras filas de asientos que rechinaban, entre niños lloriqueando, padres confundidos y preocupados y doctores de bata blanca con las enfermeras de gorrita….los que parecían tener el poder de determinar el futuro de nuestros hijos en su conocimiento y disponibilidad…o falta de.  Luego, ¡un nuevo uniforme apareció!  Las rayitas blancas y azules trajeron a la memoria mis días de voluntariado en un hospital de rehabilitación en Toledo, Ohio como muchacha de la prepa.  Pero, este uniforme era diferente a los demás uniformes del Instituto….¡llevaba una sonrisa puesta!  Las voluntarias comenzaron a anunciar un show de payasos para estos cuerpecitos adoloridos que esperaban más examenes, pruebas, piquetes y agujas.  ¡Cualquier cosa para hacer volar el alma ,aunque el cuerpo dolía, era bienvenida!  Los ojitos de Danny brillaron y su cuerpo se erguió mientras se estiraba para alcanzar uno de estos boletos verdecitos que le daría entrada a momentos de risa y de olvidar la situación a la mano.  La media hora que siguió se llenó de:  “¿Ya es hora?  ¿Ya es hora?”   Bueno, la hora llegó y Danny y yo tomamos nuestros puestos en el auditorio del hospital mientras dejamos a Victor de guardia en la sala de espera para escuchar el anuncio del turno de Daniel con uno de los de bata blanca. 

We chose a chair, snuggled together and awaited for the laughter to arrive on stage.  In a few minutes, the first painted face came out and began to tell his customary jokes, chuckles filling the air, not so much because of his great joking ability, but because of our great need to laugh!  Just in time to feel a tap on the shoulder….Victor announcing Danny’s turn with the doctor.  The laughter turned to cries, “But, Mommy, the cloooowwwnnnss!” 

Escogimos un asiento, abrazaditos, y esperamos que llegara la risa al escenario.  En unos pocos minutos, apareció la primera cara pintada y comenzó a contar los chistes de costumbre.  Risitas llenaron el auditorio, no tanto por su gran habilidad de aquel pasayo de contar chistes, ¡pero debido a nuestra gran necesidad de reír!  Justo entonces sentí un toque en mi hombre….era Victor anunciando el turno de Daniel con el doctor.  La risa se tornó en llanto:  “¡Pero, Mami, los payaaaaasssoooosss!”

The rest of the morning passed in a blur of this doctor’s office, that paperwork, repeating the story: “No, he isn’t our biological son.  Yes, he is still our son.”  The hospital corridors and elevators seemed like a maze that even the best and brightest of the lab rats could never learn.  I prayed they would become familiar because that would mean hope for Danny, a hospital able, and willing, to treat him.  We got off the orange elevator, again, turned to the left and….found ourselves in the lobby of the auditorium, just as the blue and white striped smiles announced the newest set of instructions:  “Please form a line at the appropriate window, by age and gender, with your green ticket in hand.”  Surprises!  They were going to give out surprises! 

Lo demás de la mañana se pasó de volada yendo de una oficina a otra, papeleos, repitiendo la historia:  “No, no es nuestro hijo biológico.  Pero sí, es nuestro hijo, nuestro hijo de corazón.”  Los corredores y elevadores del hospital parecían un laberinto que ni el más inteligente de los ratones de laboratorio pudiera señorear.  Yo le pedía a Dios que se hicieran familiar porque esto significaría que el hospital haya dado esperanza a Daniel, que el hospitial estuviera dispuesto a recibirlo como paciente.  Nos bajamos, de nuevo, del elevador anaranjado, dimos la vuelta hacia la izquierda y nos encontramos en el lobby del auditorio, justo cuando las sonrisas de rayitas azules y blancas anunciaban nuevas instrucciones:  “Por favor, hagan fila en la ventanilla apropiada, conforme el género y edad del pacientito.  Aseguren de tener sus boletos verdes en la mano.”  ¡Sorpresas!  ¡Iban a dar sorpresas!

The next thing on our agenda was ….waiting, so we sent Daddy to his waiting room post and Danny and I ran to the “boy, ages 4-5” line.  We were first!  I dug into my coat pocket with one hand as the other gripped Danny’s little fingers, along with the purse, the bag of books and toys and the tote with the birth certificate, guardianship signatures, copies of previous tests, Danny’s life inked onto paper.  No ticket!  So, I released my grip, knelt down and searched through each of those bags, the purse, the “to keep busy” bag and the “life on paper” bag, as we, in Christ-like fashion, of course, allowed other anxious parents with grippy-hand children to go ahead of us.  As each pocket and bag refused to spit out the green ticket, Danny’s smile faded, no it fell, all the way to the bottom of his soul and came back up in tears. 

La siguiente actividad en nuestra agenda era…correr para esperar, así que, mandamos a Papá a correr a esperar en su puesto en la sala de espera y Danny y yo nos apresuramos a la fila marcada, “niño, 4-5 años".  ¡Fuimos los primeros!  Metí una mano en la bolsa de mi chamarra en búsqueda del mágico boleto verde, mientras con la otra mano agarraba los deditos de Daniel, junto con mi bolsa de mano, la bolsa de libros y juguetes, la bolsa con el acta de nacimiento, las firmas de guarda custodia, copias de exámenes medicos…la vida de Daniel grabada en papel.  ¡No había boleto!  Así que, solté la manita de Daniel, me puse de rodillas y escarbé en cada una de estas bolsas:  la bolsa de mano, la bolsa de “cosas que hacer”, la bolsa de “vida en papel”, dejando a otros padres ansiosos con sus niños tomados de la mano pasar adelante de nosotros en la fila.  Mientras cada bolsa y bolsillo rehusaba escupir el boleto verde, la sonrisa de Daniel se desvaneció, no, mejor dicho, su sonrisa cayó hasta las profunidades de su alma y volvió a resurgir como un río de lágrimas.

I finally was left with only one option.  I jostled the bags back onto the shoulder, gripped Danny’s hand in mine and approached the little window with the smiley blue and white uniform behind it.  “M’am, I know you have heard this so many times before.  But, I have lost our ticket.  Would you have a gift for my son anyway?”  I could not believe the words coming out of my mouth!  I had always been the smiley one in charge of those cherished surprises…at children’s events with Kid Konnection in college, during street festivals as a young pastor’s wife in Logansport, Indiana, on numerous Evangelistic Medical Mission Crusades here in Mexico.  I had never been the flustered parent with so much more to think about than a green ticket when suddenly that green ticket is all you can think about, all you desire, the key to a small moment of happiness for your child.  My own tears welled up, threatening to spill down my cheeks and make me look more like Danny’s little sister than his mature mother.  That blessed middle-aged volunteer just kept on smiling as she reached for a plastic toy and a small bag, “M’am, it’s our little secret.  Enjoy!”  Oh, the mercy!  Oh, the grace….receiving the undeserved, when all I deserved was a reprimand, much less a blessing!

Finalmente, me quedaba una sola opción.  Luché con las bolsas para subirlas de nuevo a mi hombro, agarré la manita de Daniel en la mía y me acerqué a la ventanilla con la sonrisa de rayitas azules y blancas atrás.  “Señorita, sé que Ud. ha escuchado esto mil veces, pero, he perdido nuestro boleto.  ¿Podría darle un regalito a mi hijo de todas maneras?”  ¡Yo no podia creer las palabras que salían de mi boca!  Yo siempre había sido la sonriente acargo de las sorpresas codiciadas…en eventos infantiles en la Universidad, durante festivales como una joven esposa de pastor en Logansport, Indiana, durante varias Campañas Médicas Misioneras y Evangelísticas aquí en México.  Nunca me había tocado ser la madre desesperada con mucho más en qué pensar que en un boletito verde cuando, de repente, lo único en que puedes pensar es en un boletito verde….tu único deseo….la llave a un momento de felicidad para tu hijo.  Mis ojos se llenaron de lágrimas, amenazando con fluir por mis mejillas y hacerme parecer más a una hermanita de Daniel, en vez de su madre madura.  Esa maravillosa voluntaria de mediana edad simplemente se siguió sonriendo mientras agarró un juguetito de plástico y una bolsita:  “Señora, es nuestro secreto.  ¡Disfruten!”  ¡Oh, la misericordia!  ¡Oh, la gracia….el recibir lo no merecido, cuando lo único que merecía era un regaño, no una bendición!

We pulled out of line with our treasures in hand and then the tears did come!  Danny grabbed for the plastic Madagascar penguins, somebody’s overstock, but now our momentary escape from electrocardiograms.  I, however, knelt, awestruck at the other treasures in hand….a half of a sandwich and a juice box.  The hours had gone by as we worked our way through the medical maze and my little boy had increasingly begged for lunch….”Just one more office.  Just one more paper.  Just one more…something.”  (The original snacks in the “to keep busy” bag had long disappeared!)  And, here, in my hand was…lunch!  We joined Daddy on the wobbly plastic chairs and I watched Danny bite into heaven and slurp on grace.


Salimos de la fila y entonces ¡ las lágrimas fluyeron libremente!  Danny agarró el juguetito de los pingüinos de Madagascar, sobras de un tienda, pero ahora nuestro escape momentáreo de electrocardiogramas.  Yo, al contrario, me arrodillé con los otros tesoros en la mano….la mitad de un sandwich y una cajita de jugo.  Las horas había ido pasando mientras atravesamos el laberinto medico y mi chiquillo había pedido algo de comer varias veces…"Solo una oficina más.  Solo un document más.  Solo uno más…de algo.”  (Las cositas que había llevado yo para comer habían desaparecido desde hace horas.)  Y, ahora, en mi mano estaba…¡un almuerzo  Fuimos a encontrar a Papá en su puesto en la silla chueca de plastic y miré mientras Danny comió una mordida del cielo y tomó un poco de gracia de una cajita.



You know, several weeks later, I put my hand into that same coat pocket…and pulled out a wrinkled green ticket!  I think Jesus just wanted to show me that day that sometimes His grace looks like a half of a sandwich and a toy…with no ticket!

Saben, varias semanas después metí mi mano en la misma bolsa de mi chamarra…y saqué el boleto verde todo arrugado.  Creo que Jesús simplemente me quería enseñar ese día que a veces Su Gracia se parece a la mitad de un sandwich, jugo y un juguete….¡todo sin un boleto!


In typical child fashion, a few days after visiting the hospital, Danny taught his siblings the fine technique of placing electrocardiogram patches and listening to one’s heartbeat.  Ruth quickly became the intern and David the willing patient!  Danny, of course, was the hero!

De manera típica de los niños, unos días después de su visita al hospital, Danny enseñó a sus hermanos la fina técnica de poner los parches del electrocardiograma y cómo escuchar a su corazón.  Ruth rápidamente tomó el papel de la doctora alumna y David el paciente más que paciente.  ¡Danny, por supuesto, fue el héroe!



Thursday, April 4, 2013

Sandals in the Snow


(Blog written on Tuesday, March 26, 2013)

 It is 6:20 a.m. and I am sitting in the Saskatoon airport in the prairie region of Canada waiting for my first flight of the three that will take me back home to Mexico. The irony of the situation? It appears that we will board the plane through an actual boarding door, without having to walk out on the tarmac. Of course, that would be the case, because I now have on my winter coat and my closed-toed shoes! It is the proverbial: “Take along an umbrella and it won’t rain. Need rain? Leave home without the umbrella!”


 (Este blog fue escrito el martes, 26 de marzo del 2013)  Son las 6:20 a.m. y estoy sentada en el aeropuerto de Saskatoon en la region de las praderas de Canadá esperando el primer vuelo de tres que me llevarán de regreso a casa en México.  ¿Cuál es la ironía de esta situación?  Parece que abordaremos el avión pasando por un pasillo actual de abordaje, en vez de tener que caminar afuera al avión.  ¡Por supuesto que esto sería el caso, ya que hoy sí tengo mi chamarra puesta y mis zapatos cerrados!  ¿Han escuchado el dicho: “Si quieres que llueve no lleves paraguas.”?

You see, when I flew to Canada last Wednesday to share about the work the Lord has enabled us to do through Fishers of Men, things didn’t quite turn out the way I had planned. I took along my favorite black sweater on the flights with me, to warm my body upon arrival in Canada in sub-zero temperatures, until I could claim my luggage where my winter coat was ready to be pulled out of my suitcase.


La historia pasó así:  Cuando volé a Canadá el miércoles anterior para compartir acerca de la obra que el Señor nos ha permitido hacer por medio de Pescadores de Hombres, las cosas no salieron exactamente como los había planeado.  Llevé mi suéter favorito negro conmigo en el avión con el propósito de ponermelo al llegar a Canadá hasta que pudiera recoger mi maleta y sacar mi chamarra de adentro de la maleta, ya que las temperaturas estaban bastante más abajo que los cero grados centigrados.  

Issue #1: Due to the warm temperature of the flight between Mexico City and Houston, Texas, and my rush to get off the plane in Texas to catch the plane to Calgary, I left that favorite black sweater under the seat ahead of me. (Hey, at least it wasn't the purse or computer that got left behind!) No problem, I reasoned, I will pull my winter coat out of my suitcase as soon as I arrive in Saskatoon.


Asunto #1: Debido a las temperaturas calientes durante el vuelo entre la Ciudad de México y Houston, Texas, y a mis prisas de bajar del avión en Texas para agarrar el vuelo a Calgary, dejé ese suéter negro favorito debajo de mi asiento en el avión.  (¡Mínimo no fue la bolsa ni la compu que se quedó!)  “Ningún problema”, pensé yo, “sacaré mi chamarra de mi maleta en cuanto lo recoja en Saskatoon.”

Issue #2: Upon arriving in Calgary, I had to claim my suitcase to go through Canadian customs. The problem? The suitcase never arrived! It was stuck in Houston! So, now, no sweater and no suitcase with the winter coat.


Asunto #2:  Al llegar a Calgary, fui a recoger mi maleta para pasar aduanas Canadienses.  ¿El problema?  Mi maleta seguía en Houston, Texas.  Bueno, ya no tenía suéter ni la maleta que llevaba la chamarra.

Issue #3: The flight from Calgary to Saskatoon was delayed several hours due to a blizzard throughout the region.


 Asunto #3:  El vuelo de Calgary a Saskatoon fue demorada varias horas debido a una tormenta de nieve en la región.

Final result? I arrived in Saskatoon, Canada at 2:30 a.m. during a blizzard with 35 mile an hour wind gusts and temperatures around 30 below zero (Fahrenheit)….in a t-shirt and sandals (I did have socks in my purse to put on with the sandals)! I looked like the dumbest blonde American from Mexico that has ever arrived in Canada! Then, of course, we had to walk from the plane, across the tarmac to the airport terminal….through a small snow bank and ice. Hence…the blog title for this trip: “Sandals in the Snow”. For the benefit of your imagination, I even reenacted the sandals in the snow for a picture!


¿Cuál fue el resultado final?  Llegué a Saskatoon, Canadá a las 2:30 de la madrugada, durante una tormenta de nieve con vientos de 60 km por hora y temperaturas de unos 30 grados bajo cero (Celsio)…¡en una playera y sandalias!  (Yo sí había llevado unos calcetines en mi bolsa que me puse con las sandalias.)  ¡Yo parecía la mas tonta Americana rubia de México que jamás había llegado en Canadá!  Luego, por supuesto, nos tocó caminar desde el avión al terminal del aeropuerto…por medio de un pequeño banco de nieve e hielo.  Por lo tanto, el título de este blog: “Sandalias en la Nieve”.  Incluso, para la ayuda de su imaginación, salí otro dia para tomar esta foto.


So, today, I will board the plane through a boarding bridge, with my winter coat on and my closed-toed shoes…nice and toasty! I will then look like the dumbest blonde American from Canada who has ever arrived in Mexico City!


Así que, hoy, subiré al avión por medio de un pasillo de abordaje, con mi chamarra puesta y mis zapatos cerrados….¡bastante calientita!  ¡Ahora pareceré la más tonta Americana de Canadá que jamás ha llegado a la Ciudad de México!

Welcome to the world of missions and modern transportation which, by the grace of God, allows us to span three nations and an entire continent in one day…not to mention experiencing a temperature change of about 75 degrees and crossing several different time zones.


Bienvenidos al mundo de las misiones y del transporte moderno que nos permite, por la gracia de Dios, cruzar tres naciones y un continente entero en un día….sin mencionar experimentar un cambio de temperatura de unos 52 grados celsio y cambiar varias veces de horario.

The six days that the Lord allowed me to spend in Saskatoon were a wonderful blessing! I have met some wonderful people who extended unrivaled hospitality, even purchasing some of the most necessary items and lending me their clothing in the face of my missing suitcase saga.


¡Los seis días que el Señor me permitió pasar en Saskatoon fueron de mucha bendición!  He conocido a algunas personas maravillosas que me extendieron una hospitalidad sin rival, aún comprando algunos de los artículos más necesarios que me hacían falta al enfrentar mi aventura de la maleta perdida.  (La maleta sí llegó el viernes.)

Thursday evening found me at an intimate meeting with several couples and individuals at the Western Tract Mission who were interested in learning about Fishers of Men. Friday and Saturday were spent at HarvestFest 2013, a missions conference with speakers who challenged us to give all of ourselves to the Lord, not just the leftovers. I was able to have an information table at which I met many people and handed out lots of DVD’s and fliers about Fishers of Men. Also at HarvestFest, I shared during a plenary session about the ministry and helped man the Mexican food table for the Ethnic Food Court. Don’t worry, I only sold the food, a Mexican chef prepared the food!

El jueves por la noche la pasé en una reunion informal con varias parejas e individuos en la Misión Oeste de Folletería que estaban interesados en aprender más acerca de Pescadores de Hombres.  El viernes y sábado fueron ocupados en el Festival de la Cosecha 2012, una conferencia misionera con oradores que nos retaron a dar todo al Señor, no las sobras.  Pude atender una mesa de información donde conocí a muchas personas y distribuí muchas DVD’s y folletos acerca de Pescadores de Hombres.  También durante el Festival de la Cosecha compartí unos minutos durante una de las sesiones y atendí el puesto de comida Mexicana a la hora de las comidas.  No se preocupen, solamente serví la comida, ¡no la cociné! 
Speaking at HarvestFest 2013!
¡Compartiendo en el Festival de la Cosecha!


The display area at HarvestFest.
El área de stands en el Festival


Sunday morning found me at Sutherland Evangelical Church where I shared during Sunday School and also for a brief time during the Sunday morning service. That afternoon and evening I was blessed by being shuttled to several different members’ homes for lunch and then supper that included great fellowship, playing in the snow and visiting a one hundred year old farmhouse that was originally purchased in 1917 as a kit from a Sears Roebucks catalog.

El domingo por la mañana asistí a la Iglesia Evangélica de Sutherland donde compartí durante la Escuela Dominical y por unos momentos durante el culto.  Esta tarde y nochecita fui bendecida al ser llevada a varias casas de hermanos para almorzar y luego cenar, además de tiempos maravillosos de compañerismo, jugar en la nieve y visitar una casa de granja de 100 años de edad que originalmente se había comprador como un “kit” de un catalago de Sears.  

Standing in front of a snow bank created by plowing out a driveway!

Parada enfrente de un banco de nieve que se hizo al limpiar la calle que va a la casa de unos hermanos

Monday concluded the trip with a wonderful lunch with a couple who run a ministry in Juarez, Mexico building homes and meeting people’s needs in other ways, and with whom we, Lord willing, will hold an Evangelistic Medical Mission Crusade in 2014. 

El lunes concluí el viaje con un almuerzo especial con una pareja que han fundado un ministerio en Juarez, México en el cual ayudan a la gente a construir casas y con los cuales esperamos tener, si Dios permite, una Campaña Médica Misionera y Evangelística en el 2014.

Frank and Liz, Canadian founders and directors of ChristLike 
Ministries in Juarez, Mexico

Frank y Liz, los fundadores Canadienses y directores de Ministerios Como Cristo en Juarez, México

We were joined for lunch by the organizers of HarvestFest, Dave and Evonne Ginther, as well as the main speaker for the conference, Doug Nichols, a man of God who reminded me a lot of my father and who serves as the founder and director of the mission organization, Action International, out of Seattle, Washington. The trip ended with Brother Wayne, our connection with Canada, running me around for a bit of shopping for items that are too expensive or unavailable in Mexico: peanut butter, chocolate chips and pudding, as well as dollar store gifts for the kids (love that store!).

También en el almuerzo, se nos unieron los organizadores del Festival de la Cosecha, Dave e Ivonne Ginther, además del exponente principal de la conferencia, Doug Nichols, un hombre de Dios que me recordaba mucho de mi papá y quien sirve como fundador y director de la organización misionera, Acción Internacional, de Seattle, Washington.  El viaje terminó con una salida de compras acompañada del Hmo. Wayne, la persona que Dios usó para iniciar nuestra relación con los hermanos de Canadá.  Me llevó por toda la ciudad buscando artículos que no encuentro con facilidad en México, o que son más caras en México: crema de cacahuate, chispas de chocolate y budín, además de unos regalitos para los niños de la tienda de a dólar (¡me encanta esa tienda!). 

          Besides the above mentioned blessings I enjoyed some time to myself in the apartment that Sutherland Evangelical Church has on-site and lent me (the silence was a strange and wonderful thing!). I also ate moose meat, took a walk and loved the crunch of snow under my feet (been years since I felt that) as well as the stinging rosy cheeks and, above all, the Lord provided many new friends!
         
          Además de las bendicinoes ya mencionadas, disfruté en poco de tiempo a solas en el departamente que la Iglesia Evangélica de Sutherland tiene (¡el silencio fue algo extraño y maravilloso!).  También comí carne de alce, salí a caminar en la nieve y disfruté el “crunch” de la nieve abajo de mis pies (lo cual no había escuchado por años) y, sobre todo, el Señor proveyó muchas amistades nuevas.

 A self portrait after my walk in front of the church offices and apartment where I stayed.  I'm not one for self-portraits (Can you tell?), but I was alone!

Un autoretrato después de mi caminata en frente de las oficinas y departamento de la iglesia. No soy muy buena para los autoretratos (¿se nota?), pero ¡estaba sola!

Wayne and I having one more cup of Tim Horton's coffee at the airport...and I thought Americans were nuts about Starbucks!  Canadians and Tim Horton's....wow!  They even call it "Timmy's!"

Wayne y yo tomando una taza más de café de Tim Horton’s…¡y yo pensé que los Americanos estaban locos por Starbucks!  Los Canadienses y Tim Horton’s….¡wow!  ¡Hasta llaman al restaurant “Timmy’s”!

          My time in Canada reminded me much of the parable of the sower in the Bible. God, in His grace, allowed many seeds to be planted as I shared about Fishers of Men. Those seeds germinated and grew very quickly in my six days there as interest blossomed in what God is doing here in Mexico and how our Canadian brothers and sisters in Christ may get involved. Now, we will need to be diligent to water those seedlings so that those relationship roots may grow deep and strong and produce a fruitful harvest. May this be just the beginning of Fishers of Men Canada!

          Mi tiempo en Canadá me recuerda mucho de la parábola del sembrador en la Biblia.  Dios, en su gracia, permitió que muchas semillas fueran plantadas mientras yo iba compartiendo acerca de Pescadores de Hombres.  Estas semillas brotaron bastante rápidos en mis seis días allí mientras el interés en lo que Dios está hacienda aquí en México ,y en como nuestros hermanos y hermanas Canadienses pueden involucrarse, floreció.  Ahora tendremos que ser diligentes en regar estos semilleros para que las raices de estas relaciones puedan crecer profundos y fuertes para luego producir una cosecha fructífera.  ¡Qué esto sea solamente el comienzo de Pescadores de Hombres Canadá!